Decora el jardín con bonsáis
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Hacer de tu jardín un sitio especial está al alcance de tu mano. Puedes romper los esquemas y estereotipos haciendo algo diferente; simplemente debes buscar nuevas fórmulas; por eso, decora el jardín con bonsáis y haz de este un sitio interesante.
El término bonsáis proviene del japonés. Etimológicamente, bon significa “bandeja” y sai sería “cultivo”. Sin embargo, la propia especie de la planta puede ser de cualquier parte del mundo.
Entre las típicas plantas que puede haber en un jardín típico de la zonas de climas con períodos fríos y cálidos, en el que se encuentran rosales, plantas aromáticas, setos, hierba… Pueden intercalarse los bonsáis. Veamos qué tipos son los más idóneos.
Pino silvestre y pino resinero
El primero, el pino silvestre, cuyo nombre científico es el Pinus silvestris, es la especie con el cual puede trabajarse perfectamente la forma de un bonsái. Puede conseguir las siguientes características:
- Pequeño tamaño: 60 centímetros de altura y 50 centímetros de anchura del tronco.
- Puede ser colocado sobre una plataforma, simulando la forma de un árbol. No crecerá más al tener un espacio pequeño para las raíces.
Encaja muy bien en jardines de espacios abiertos. Puede situarse en una mesa o estantería de jardín y aportarle el protagonismo que se desee; incluso, ser la joya del jardín por el interés botánico.
Por otro lado, está el pino resinero, conocido como Pinus pinaster. En cuanto a características, es una especie semejante al anterior y aporta un toque decorativo muy interesante. Puede combinarse con el silvestre y ser dos especies conjuntas en un mismo espacio.
Olmo pequeño: tamaño reducido
Esta especie, conocida como Ulmus minor, no llega a tener demasiada altura. Sin embargo, el resultado para que aporte un toque decorativo al jardín es muy curioso. Es como tener un árbol en miniatura. ¿Qué características posee?
- En cuanto a la altura puede llegar a los 20 centímetros.
- Se puede conseguir a partir de “hijos” que nacen del árbol original que se encuentra en plena naturaleza.
¿De qué manera se puede colocar en el jardín para que decore? Una manera muy interesante sería hacer una peana a partir de un tronco cilíndrico de unos 12 centímetros de altura de un árbol aserrado. Encima, el bonsái del olmo.
– Quizá, bonsái sea la expresión del arte de la vida.-
-Pons Ferrer-
Los quercus: dos maneras de trabajar la naturaleza
Un tipo sería el Quercus pyrenaica, más conocido como roble. Se puede obtener sembrando bellotas o cogiendo algún pequeño ejemplar ya nacido en un robledas. A partir de ahí, solo queda sembrarlo en un macetero y cuidarlo para que crezca como un árbol normal.
El aporte estético que ofrezca al jardín es de una belleza incomparable. El tamaño no supera los 40 centímetros y, de nuevo, queda muy vistoso en una peana de madera y en jardines con estética rústica. Se denota, así, un gusto por la botánica.
Otro ejemplar sería el Quercus suber, también conocido como alcornoque. ¿Qué características puede tener?
- Puede obtenerse de una bellota. A partir de ahí, hay que tener mucha paciencia y esperar un par de años hasta que pueda alcanzar una altura considerable.
- Las dimensiones en altura están en torno a los 20 centímetros. Por eso, se convierte en un recurso decorativo atractivo, situándolo sobre alguna estantería o mesa de jardín.
El lilo y la higuera
Dos especies menos comunes y que contribuyen enormemente a la decoración de un jardín, son el lilo y la higuera. La contribución de colores y formas hace que sean muy interesantes desde el punto de vista decorativo y botánico.
- El lilo (Syringa microphylla) es común de la primavera por sus flores moradas; en cambio, después en verano permanece con hojas verdes que cambian a rojizas en otoño. Se obtiene de “hijos” que nacen en grandes cantidades de las raíces.
- La higuera (Ficus carica) se obtiene de las semillas de higos. Lo mejor es comprar en vivero un pequeño árbol e ir podándolo hasta que se reduzca su tamaño al deseado. Es muy decorativo por la forma de sus hojas.
El granado y el árbol del amor
El primero de estos dos es el conocido como Punica granatum. Posee un tamaño muy pequeño de 40 centímetros y queda muy vistoso en lugares altos. Se puede obtener a partir de semillas del fruto a principios de la primavera sembrándolas en semillero hacia el mes de febrero.
El otro caso es el Cercis siliquastrum o árbol del amor. Fácilmente obtenible a partir de semillas situadas en las vainas de árboles adultos. Hay que sembrar varias semillas recogidas en el otoño anterior y ponerlas en un semillero en el mes de febrero.
Valavanis, William: Fine Bonsai: Arte and Nature, Abbeville Press, 2012.